sábado, 6 de febrero de 2010

Ayer conversé con Dios


Ayer conversé con Dios y le pregunté
por qué eras tan perfecto.
Porqué esa combinación de características
lograban una de sus mejores creaciones.

Le pregunté también sobre tu cuerpo:
¿Qué molde has usado?, le sugerí que
no lo vuelva a usar.
Uno como tú, ninguno más.

Le pregunté acerca de tus ojos, tus cejas, tu pelo.
Tu nariz, tus mejillas, tu boca. Tu rostro completo.
Adiviné cuando le dije qué estaba pensando en
ese momento.
Le dije que tu risa y tu sonrisa eran el resultado de su
mejor talento.
Pero no todo fueron preguntas.

Le agradecí por tu fantasía, por tu locura y
también por la mía.
Le dije "GRACIAS" apenas vi tus manos.
Le agradecí porque existías y más porque
te conocía.

Dios no me pudo responder ninguna pregunta, pero
me dijo "DE NADA" a todo lo que por ti
agradecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario